jueves, 12 de junio de 2008

tic-tac .


Es tiempo.
Las palabras se transformaron en letras asociadas, en puentes sonoros construidos por el eco de mi voz, en crujiente hojarasca, en el desdibujo del deseo.
En el ritmo que lleva el tiempo se encuentra el fin.

1 comentario:

adrian dijo...

Tenias razón, no existió otro desengaño que el de mis propios sentimientos. Por momentos, cuando la tristeza deja de ser protagonista, solo tengo lugar para la vergüenza, una enorme vergüenza que me lleva a esconderme tras cualquier justificación sin mas efecto que apaciguar el dolor frente a este presente lleno de interrogantes. Hoy mas que nunca mis pensamientos y mis gestos solo interpretan un repertorio dramático, casi trágico (si tengo en cuenta que todavía no esta escrito el final).

Vivimos poco, casi nada teniendo en cuenta todo lo que quisimos compartir, pero nunca compartimos un instante que durase tanto. De un momento a otro, se impuso un silencio eterno, una pausa que detiene todo en aquel instante insignificante. Al momento de avanzar, nada. Todo queda detenido y atrapado en un sin fin sin historia. Un instante minúsculo pero lo suficientemente hondo para sumergirme en un abismo del cual solo se sale hacia arriba (que paradójicamente termina al ras del suelo, en la superficie de las expectativas).

Hace poco tiempo, justo antes del aquel instante, mi historia comenzaba en el principio, hoy comienza en el final.