Comienzo a percibirlo pero aun me cuesta darle nombre.
Es la segunda vez en la vida que el entendimiento repentino se convierte en sensación corporal, se hace pleno el instante en el que parece detenerse el tiempo, todo lo externo queda suspendido en el espacio y mi percepción gira para observarlo.
Siento como la sensación de paz, serenidad y comprensión comienza a acrecentarse.
La imagen se dibuja a grandes rasgos y las ideas comienzan a ordenar las líneas, trato de ver el sentido de la sensación y lo descubro…la vida, su sentido, su razón, su objeto se vuelve claro, contundente y real.
Lo comprendo y ratifico, es simple.
La postergación del deseo es la anulación, es en el mejor de los casos la demora, cuando no la perdida.
Decido en ese instante vivir sin privarme la vida. Comprendo sin tiempo futuro mi existencia.